Los satélites artificiales traen ventajas para la comunicación, pero ponen en riesgo las observaciones astronómicas y hasta las comunicaciones. Para aprender más, haz click en la manita o en el título para comenzar. Si estás en el celular te recomendamos usarlo en modo horizontal. Después de interactuar con la infografía puedes aprender más sobre nuestro proyecto y sobre la contaminación lumínica satelital desplazándote hacia abajo.
Campaña “Protege Nuestros Cielos”
Este proyecto pretende concientizar a la población sobre los efectos negativos que tienen las constelaciones satelitales en la astronomía terrestre. Con carteles digitales que generen impacto queremos llamar la atención sobre este problema. La “basura” como tema común, combina dos problemáticas 1) que los satélites contaminan el cielo nocturno y 2) que el creciente número de satélites contribuye al problema de los desechos espaciales en la órbita terrestre baja. La siguiente infografía interactiva, explica las problemáticas.
Sigue bajando para leer más sobre las constelaciones y cómo contaminan el cielo. Puedes utilizar, distribuir e imprimir los carteles para correr la voz. También hemos traducido los carteles en varios idiomas: inglés, ucraniano, esloveno y neerlandés. Si tu idioma no está listado aquí, podemos proporcionar traducciones en otras lenguas. Solo contáctanos.
Equipo: Kateryna Frantseva (@frantseva_k, homepage), Martha Irene Saladino (@mairensaro, homepage), Jure Japelj (@JureJapelj, homepage).
La astronomía y los satélites brillantes
Las empresas privadas de telecomunicaciones están estableciendo nuevas redes de satélites alrededor de la Tierra. Esto es genial para las comunicaciones en el planeta 😃. Pero el considerable aumento en el número de satélites es preocupante 😞. Las y los astrónomos están alarmados por el impacto negativo de los satélites en la investigación astronómica. Aquí resumimos brevemente los puntos principales.
Enjambres de satélites de telecomunicaciones
Hace aproximadamente dos años, la compañía Starlink lanzó su primer lote de sesenta satélites al espacio. La compañía de telecomunicaciones, propiedad del magnate tecnológico Elon Musk, lanzará alrededor de 12000 satélites al espacio, aunque ha anunciado que podría el número podría aumentar a la asombrosa cifra de ¡40,000! Con este proyecto, la compañía planea proporcionar una Internet asequible y de baja latencia en todo el mundo.
Starlink no es la única empresa con tales planes. La británica OneWeb ya ha entrado en la carrera. Naturalmente, Amazon también lo hará. Y los chinos. Y europeos. Para cuando estés leyendo esto, probablemente serán muchos más. Según algunas estimaciones, habrá entre 50,000 y 100,000 nuevos satélites en órbita alrededor de la Tierra en los próximos diez años (la infografía muestra solo 50000 satélites rosas); esto es de diez a veinte veces el número de todos los satélites artificiales conocidos alrededor de la Tierra en este momento.
Contaminación lumínica inesperada de una escala sin precedentes
Los satélites Starlink son inesperadamente brillantes. Muchos, si no es que la mayoría, se pueden ver a simple vista al principio y al final de la noche. No tienen su propia fuente de luz. Al moverse alrededor de la Tierra, son irradiados por el Sol. La luz del sol se refleja en su superficie, y es entonces cuando los vemos desde la Tierra. Los satélites en la órbita baja son visibles solo al anochecer y al amanecer. Aquellos que orbitan a mayor altitud son irradiados por más tiempo y, por lo tanto, se pueden ver hasta bien entrada la noche. Un satélite brillante que se encuentra en el campo de visión de un telescopio durante las observaciones astronómicas deja un rastro brillante en la imagen obtenida. Los rastros excepcionalmente brillantes de los satélites Starlink son dañinos para las sensibles cámaras astronómicas, poniendo en peligro la calidad de las observaciones posteriores.
Este problema ha desafiado seriamente a la astronomía óptica profesional. Los observatorios que busquen eventos astronómicos transitorios serán los más afectados. Muchos procesos en el universo como supernovas, estallidos de rayos gamma, fusión de estrellas de neutrones, emiten mucha luz en poco tiempo. Entonces, en una parte aleatoria del cielo, de repente aparece una nueva fuente, que se atenúa y desaparece en unos pocos días. La forma más sencilla de encontrar eventos transitorios es buscarlos con telescopios y cámaras con grandes campos de visión. Sin embargo, es más probable que tales observaciones sean perturbadas por uno o más satélites. Además, debido a que es tan difícil eliminar los rastros de las imágenes, las observaciones sensibles de galaxias débiles también sufrirán.
En los últimos años se han construido varios observatorios dedicados a la investigación de eventos astronómicos transitorios. El Observatorio Vera C. Rubin será uno de ellos. Ubicado en Chile, el telescopio tiene un espejo primario de ocho metros y un enorme campo de visión. El observatorio detectará miles de nuevos eventos transitorios cada noche. También observará millones de galaxias tenues. Las constelaciones de satélites amenazan seriamente el potencial científico del observatorio.
Preocupaciones por ondas de radio y desechos espaciales
Desde sus inicios, la radioastronomía se ha visto afectada por las empresas de telecomunicaciones, tanto desde nuestro planeta como desde el espacio. Para preservar el cielo en el radio para la investigación astronómica, las y los astrónomos lograron proteger varias bandas en este espectro. Las y los astrónomos tienen un derecho exclusivo sobre estas bandas.
Protegidas o no, se sabe que las empresas, así como los gobiernos, son negligentes. Demasiadas veces, las y los radioastrónomos encuentran contaminación en sus bandas que afecta las observaciones sensibles. Todavía no está claro hasta qué punto las nuevas constelaciones afectarán las observaciones de radio. Eso se sabrá una vez que los satélites estén en pleno funcionamiento. Pero si no estamos atentos, puede suceder rápidamente que un “error desafortunado” prive a la astronomía de partes valiosas del espectro de radio.
Otra preocupación es la gran cantidad de satélites nuevos. Se sabe desde hace mucho tiempo que estamos perdiendo el control sobre la cantidad de satélites y desechos espaciales. La órbita terrestre baja está tan abarrotada que existe una alta probabilidad de colisiones entre satélites y escombros de satélites. Estas colisiones ya han ocurrido. Debido al creciente número de satélites, existe el peligro de que, en el futuro, una colisión provoque una colisión en cadena que destruya muchos satélites (síndrome de Kesseler). Tal catástrofe dificultaría las actividades espaciales durante mucho tiempo.
Actualmente cuando hay peligro de colisión entre satélites, la órbita de uno de ellos cambia ligeramente. Sin embargo, este tipo de maniobras no se pueden ejecutar indefinidamente porque implican mucha demanda y consumen mucho combustible. Entonces, es posible que los encuentros cercanos sean más frecuentes en el futuro. Dada la creciente presencia de empresas privadas en el espacio, una buena coordinación entre todos será vital. Fue preocupante ver una mala comunicación entre Starlink y la Agencia Espacial Europea en septiembre de 2019 durante un encuentro cercano de dos de sus satélites.
¿Y ahora qué?
Las y los astrónomos se han mostrado complacientes antes de que Starlink y demás comenzaron a lanzar enjambres de satélites. Para mitigar los efectos perjudiciales de los satélites y evitar daños mayores, la comunidad ha organizado varios talleres, conferencias y reuniones. La próxima reunión importante será SATCON2.
No se puede negar la importancia del desarrollo de las telecomunicaciones. Pero el hecho es que este tipo de proyectos se están desarrollando y ejecutando a toda prisa sin la necesaria deliberación y estrategia a largo plazo. La regulación internacional del espacio es fundamental, ya sea para prevenir la contaminación lumínica y de radio o para reducir los desechos espaciales.